miércoles, 3 de julio de 2013

Kashmir, Mc Leod Ganj y Amritsar

Después de un caliente día en el Taj, y un tren de dos horas hasta Delhi, tomamos un avión hasta la lejana y conflictiva (aunque tranquila hasta hace unos días) Kashmir, una tierra codiciada tanto por India como por Pakistán, que sin embargo, busca independizarse, pues su gente no siente pertencer a ninguna de las mencionadas naciones. 
Que sea relativamente segura no significó en nuestro caso que nos hayamos librado de las estafas. Fuimos a lugares increíblemente hermosos, sin duda, pero sentimos que nos tomaron el pelo por los precios que cobraron.
En todo caso, presento aquí una muestra de aquellos lugares, que son ahora muy preciadas postales.

Se aproxima un amigable (pero insistente)
vendedor de tulipanes a nuestro "Houseboat"

Desde el teleférico en Gulmarg
En una sorpresiva coincidencia, nos encontramos en
una increíble muestra de tulipanes.



Una tradicional "Shikara" al atardecer,
en el lago "Dal", donde nos hospedábamos.
 Entre Kashmir y McLeod Ganj, tuvimos algunas de las mejores vistas de los Himalayas, junto con un cielo casi completamente despejado. La carretera, era de esperarse, no era la mejor hasta el momento, pero ya nos íbamos acostumbrando.
McLeod Ganj es uno de tantos asentamientos tibetanos existentes en la India, aunque no uno cualquiera, pues es el lugar de residencia oficial del Dalai Lama.
Es un amigable, colorido y acogedor pueblo localizado en las montañas del estado de Himachal Pradesh, lleno de centros y cursos de meditación, yoga y hasta de masajes ayurvedicos; de templos, banderines de oraciones, monumentos, mensajes apoyando la liberación tibetana y un museo (gratuito) que informa detalladamente acerca de la invasión China en Tíbet y las posteriores consecuencias.
Fue uno de mis lugares favoritos durante mi viaje (inclusive hasta el final de mis vacaciones), y es que hasta tuve la mejor vista que jamás haya tenido desde un hotel (incluyendo el baño desde luego): la de una verde ladera llena de pequeñas casas, y un imponente nevado bajo un hermoso cielo azul.
Desafortunadamente, nos quedamos solamente un día en esta localidad...

Los paisajes en la carretera rumbo a McLeod Ganj

McLeod Ganj



A Amritsar parece que llegamos en un día no muy recomendado. Era domingo y esta ciudad, la más importante para la religión Sikh en India (como lo es Varanasi para los Hindús),  rebosaba de visitantes y peregrinos.
Asistimos mi papá y yo a una ceremonia de cierre de fronteras entre Pakistan e India, que da lugar cada día antes del atardecer, a pocos kilómetros de Amritsar. El evento, un tanto desilusionante en mi opinión, no mostraba el acercamiento entre ambos pueblos de la manera que esperaba ver. Se trataba más sobre cuál multitud presumía más con gritos de patriotismo, en lugar de un respetuoso reconocimiento mutuo antes de despedirse hasta la mañana siguiente, cuando las fronteras vuelven a abrirse. Es caótico a sobremanera. 
El templo Dorado, la mayor atracción de esta ciudad santa, es digno de visitar al menos 2 veces en un día (según mi guía de viajes), una en la mañana y otra en la noche, cuando es hermosamente iluminado. 
Nosotros lo visitamos solamente durante la noche, pero el lugar estaba repleto, y no pudimos apreciar el complejo en absoluto. Sé que, de haber visitado el templo en otro momento, habría tenido otra impresión, sobretodo por los excelentes comentarios que oiría de varios otros voluntarios que visitaron el mismo templo en días posteriores, con más calma.


En la ceremonia de cierrede fronteras


El templo Dorado, principal centro de peregrinación Sikh


No hay comentarios:

Publicar un comentario