El 31 de Marzo, a eso de las 3 de la mañana, recogí a mi papá del aeropuerto de Bangalore.
Fue muy emocionante verlo salir de la misma puerta de la que salí yo 8 meses atrás. Fue extraño, y un tanto cómico a la vez, relacionar mis recuerdos y experiencias en Ecuador con aquellas en India, al ver a mi padre. Difícil de explicar, pero yo estaba feliz por nuestro encuentro.
Charlamos por un tiempo mientras tomábamos Chai en una de las cafeterías afuera del aeropuerto. Intercambiamos noticias de la vida de cada uno, aún un tanto incrédulos de volvernos a ver en un lugar tan remoto. Sonará un tanto pegoso, pero apuesto que le puede pasar a cualquiera.
Viajaríamos juntos por dos semanas. En ese momento, aún sin un plan preciso de aquello que queríamos (o alcanzaríamos) a ver, y llenos de entusiasmo, nos embarcamos apresuradamente en nuestra aventura para no perder nada de tiempo (aunque sí un poco de sueño). Esta travesía comienza en Mysore, a la mañana siguiente, y terminará en Delhi...